Una vivienda de 108 m2, consigue parecer mucho más grande, gracias a ciertas decisiones inteligentes, tomadas a la hora de planear los puntos fuertes de su reforma. 
Nos encanta la idea de la continuidad en el espacio, eliminando tabiques, y de crear un conjunto de paredes blancas, y aportarles toques de negro puntuales. También es muy acertado, el delimitar las zonas de la casa mediante la decoración (situar estratégicamente alfombras coloridas, por ejemplo). Además, la elección de la tela de las cortinas fue perfecta, porque permite una continuidad visual entre interior y exterior.

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