Conseguir un efecto continuo, sin renunciar a la comodidad de un revestimiento al uso. Ese es el fin de los azulejos rectificados, que bien ejecutados, harán que las juntas sean casi imperceptibles.
Son baldosas con un corte transversal perfecto, realizado mediante un chorro de agua a presión, sobre la pieza de origen. Según su colorido y textura, podremos conseguir efectos perfectos, que emulen desde cemento pulido, a mármol.
En esta obra, que llevamos a cabo en la C/ La Coruña, en Madrid, los utilizamos en uno de los baños, y como podéis ver, las paredes parecen ser un elemento único.
O esta otra, de la C/ Zeus, también en Madrid, donde se apostó por la luminosidad, gracias a un sencillo azulejo blanco.
Fuente: desconocida / proyectos propios