Aprovechando que las vacaciones están a punto de terminar, queremos echar un vistazo a algo cada vez más necesario, como es encontrar algún lugar de la casa, para destinarlo a zona de trabajo. Si pensamos en esos espacios difíciles de aprovechar, y decidimos ponerle un poco de imaginación, podremos crear unos rincones de trabajo, que no sólo nos serán útiles, sino que conseguirán dar sentido a determinadas áreas muertas.

Si tenemos suficiente espacio detrás del sofá, ¿por qué no situamos nuestro escritorio en esa zona?. Mejor si el ancho y la altura de la mesa coincide con la del sofá.

Cuando tenemos una columna próxima a una pared, podemos recuperar ese espacio para crear un área de trabajo. Resultará una zona diferenciada del resto de la estancia.

¿Y si optamos por un mueble que se adapte al hueco que queda entre dos pilares?. Es una buena forma de darle uso, consiguiendo, además, un pequeño despacho.

Lo mismo sucede cuando, tras una reforma, hemos ganado metros en el salón, metiendo en él lo que antes era terraza. De ese espacio, podemos hacer el perfecto lugar para colocar nuestra mesa de trabajo.

En espacios pequeños, siempre podemos ampliar una de las baldas de nuestra estantería, para que haga las veces de pequeña mesa.

Fuente: Mi Casa Revista

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