Os dejamos con una idea que nos encanta. Dar color y entidad a una estancia, forrando parte de una pared -o una entera- en algún tipo de piedra o ladrillo, mediante unas placas de fácil colocación. Los acabados son infinitos, desde cualquier tipo de pizarra, hasta ladrillo blanco, y es una opción perfecta para romper la monotonía de un espacio en los mismos tonos, o con materiales muy básicos. ¿Qué os parece?.