Se rehabilita integralmente un local con paredes y una bóveda de ladrillos antiguos, parcialmente a la vista para obtener un aspecto rústico, junto con los falsos techos de virutas de madera.
Los trabajos abarcaron, entre otras cosas, la reforma de la fachada, toda la carpintería, la adecuación de la instalación eléctrica a la nueva actividad del local, la fontanería, pinturas y trabajos decorativos. El principal reto de esta obra consistió en consolidar e impermeabilizar la bóveda subterránea.