Un jardín frondoso, y con un pensado aire estudiado, salido de la mente de Jesús Ibáñez, que lo imaginó como «un espacio mágico que te hace vibrar los sentidos», en diferentes tonos de verde, y con la naturalidad que caracteriza todos sus proyectos. Un espacio que se conserva con mínimos retoques, debido a sus pensadas zonas con árboles de hoja caduca, y otras, que dan frescor y sombra todo el año.
¿Su fuerte?. Cómo se transforma al llegar la noche.
El día…
Y la noche…
Fuente: El Mueble