En el sistema de calefacción por acumulación de calor, el calor se produce y acumula durante la noche y se emite a la vivienda durante el día. Es una buena opción, ya que así, se aprovecha la tarifa nocturna, que tiene un precio reducido con respecto a la normal (un 55% menor).

Además del uso de esa tarifa, haciendo un uso racional de la energía, y evitando pérdidas de calor, podemos conseguir un ahorro extra. Si instalamos una central de carga, haremos que nuestra calefacción eléctrica sea inteligente, ya que regulará y controlará la carga óptima de los acumuladores, en función de la temperatura exterior de ese momento, y de la carga residual existente, es decir, si la central de carga ordena un 70% de carga, y uno de los acumuladores ya tiene un 20% de carga residual, sólo será necesario un 50%.
Podemos, además, controlar el consumo mediante programadores por zonas, definiendo la temperatura adecuada para cada habitación, lo que nos traerá doble ventaja, ya que cada estancia podrá tener una temperatura adecuada a su uso y al confort que requiere, y además, no estaremos calefactando estancias que no usamos demasiado, o que simplemente se utilizan en determinados momentos del día.
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