Hoy dedicamos el post a una de esas viviendas urbanas en las que cada centímetro cuenta. Un apartamento-estudio masculino que en un mismo espacio aúna salón-cocina-dormitorio y baño dividido en dos plantas abiertas de forma muy creativa.
En la planta baja se sitúa la entrada, el pequeño salón o zona de estar y la cocina, integrada de forma muy inteligente con el resto, por un lado gracias al empleo del mismo material que el mueble de TV (madera clara) y su ubicación en la misma línea; por otro, aportando un toque de color rojo en el frigorífico que a juego con la alfombra de la zona de estar, lo que aporta continuidad al conjunto.
A la primera planta, en la que se sitúa el dormitorio principal y el baño, se accede por una curiosa y original escalera de caracol oculta en un pasamanos negro.
A medida que se accede al dormitorio superior, la escalera se va cubriendo en una caja de madera similar a la del mobiliario de la planta inferior, uniendo estéticamente ambos planos.
A diferencia de la planta inferior, en la que el blanco, rojo y beige se van combinando alternativamente, en la zona de dormitorio los tonos se oscurecen: un armario y una base de cama negras (a juego con la ropa de cama) predominan sobre el resto de paredes blancas.
Para dar amplitud al espacio, una barandilla de cristal separa el dormitorio de la planta baja, ofreciendo una vista del sofá y la pared de ladrillo inferior al asomarse por ella.
En resumen, un apartamento muy masculino perfectamente diseñado para aprovechar el espacio sin agobiar. ¿No querríais uno?